Consumir cannabis medicinal es un tema que cada vez acapara más la atención a nivel mundial. Muchos países de América Latina y Europa ya han despenalizado el consumo de cannabis con fines médicos y las licencias para cultivadores, productores y comercializadores de productos elaborados a base de cannabis se están autorizando sin mayores problemas.
Pero esto ha generado dudas en algunas personas que no entienden cómo una sustancia que es ilegal para ciertos consumos y en ciertos contextos, puede ser legal en el contexto médico y científico. La razón radica en el tipo de subproducto que se elabora con el cannabis, el fin con el que este está elaborado y la forma de uso o consumo del mismo. Es decir, no todo lo que contenga cannabis es sinónimo de droga ni de efectos psicoactivos.
Por esa razón, contaremos en este artículos cuáles son algunas de las maneras de consumir cannabis medicinal para acceder a sus beneficios sin estar haciendo nada ilícito.
De acuerdo con muchos estudios científicos que han comprobado el conocimiento milenario que se tenía sobre el cannabis, este sí contiene sustancias que proveen efectos positivos para la mejora de síntomas de muchas enfermedades. Los dolores e inflamaciones que producen patologías como algunos tipos de cáncer, la esclerosis múltiple, la migraña o fibromalgia, entre otros, pueden ser aliviados a partir de medicamentos que tienen como compuesto el cannabis.
Una de las maneras más conocidas de usar el cannabis medicinal es a través de las cremas o pomadas. Estas se aplican sobre la piel y tienen efectos analgésicos y antiinflamatorios sobre músculos o huesos.
Otra de las alternativas es a través de la vía sublingual. Los medicamentos que se producen para administrar por esta vía tienen como objetivo producir una relajación muscular suficiente para que el paciente deje de sufrir tanto dolor y son los primeros medicamentos a base de cannabis que están recibiendo el respaldo de laboratorios farmacéuticos reconocidos.
También existe otra forma de consumir cannabis medicinal más reciente, aunque un poco polémica. Se trata de los supositorios rectales o vaginales. En el caso de los rectales, están pensados para pacientes con enfermedades gastrointestinales que no podrían consumir por vía oral ningún tipo de medicamento o alimento hecho a base de cannabis. Y en cuanto a los vaginales, están pensados para aliviar los dolores que producen los cólicos menstruales.
Otras maneras de consumirlo pueden ser los vaporizadores, los cuales calientan la hierba hasta producir un humo que se aspira, sin que haya una combustión que genere sustancias nocivas para la salud, o las infusiones, las cuales consisten en hacer bebidas calientes incorporando un poco de cannabis. Cabe resaltar que estas dos últimas formas de consumir cannabis medicinal se sitúan un poco más en lo ‘amateur’ ya que por estos métodos es posible conseguir efectos psicoactivos si no se controla la dosis, pero en pequeñas dosis y con el control adecuado, se obtienen resultados de relajación y de consecución del sueño, los cuales también se han validado como importantes para quienes sufren de ciertas enfermedades.